Alma ONG se encuentra en Luanda junto con los niños de las calles conociendo los motivos y situaciones que llevaron a cada uno de ellos a terminar en las calles. Nos cuentan que desde hace mucho tiempo su único alimento son los bocadillos y comidas sobrantes que les regalan o encuentran en la basura. Los más jóvenes incluso no conocen los cubiertos ni mucho menos lo que es un plato de comida sana. Cuando Alma escucha la ilusión que les haría sentarse en una silla, comer en una mesa junto a sus amigos y utilizar cubiertos se nos ocurre una idea para que confíen en nosotros, para conocernos más entre todos y focalizar soluciones para ellos. Reservamos todo un restaurante local en el cual nos ofrecen menús para todos los niños. En sus rostros se dibujan sonrisas y alegría.Todos tiene carencias muy arraigadas, estos niños necesitan una figura que les de confianza, educación y mucho amor. Conviviendo durante 5 días con ellos se puede apreciar que son víctimas de muchos factores, son niños buenos que se pueden recuperar de las calles. Solo desean una oportunidad y que los traten con lo que tanto les falta amor y cariño.
Nos entristece saber que después de nuestro quinto día juntos al siguiente todos iban a volver a la calle con sus rutinas diarias. Alma está trabajando muy duro para dar voz a estos jóvenes que son el futuro de su país y de concienciar a quienes sí podemos ayudar a mejorar la vida de los demás. Tenemos que unirnos por que juntos podemos conseguirlo, ningún niño debería pasar hambre, ningún niño debería crecer solo en el anonimato de las calles con todos los peligros que existen.